A menudo llegan a la consulta niños cuyos padres están angustiados porque son los más bajitos de su grupo escolar. Al hacer el interrogatorio y después de conocer la estatura de ambos padres, y de una revisión minuciosa del niño, muchas veces nos encontramos con un paciente que no tiene talla baja.
Así es, en nuestra consultorio, el 50% de los niños que acuden por talla baja en realidad no la tienen, y sólo se trata de la angustia de los padres por verlos más altos. Por lo tanto,es muy importante calmar a los papás y explicarles que no es malo no ser alto, sobre todo cuando la genética no da para una talla alta. Craso error el empezar a hacer estudios que además de innecesarios, sus resultados podrían dar lugar a errores en el manejo y a la implementación de tratamientos inadecuados. Debemos recordar que como médicos “primum non nocere" lo primero es no dañar. No debemos hacer estudios que no están indicados por que luego muchos médicos ya no saben que hacer con ellos.
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